Cuando somos niños vemos un mundo más simple y sencillo sin plantearnos muchas de las cuestiones que debatimos cuando llegamos a la edad adulta cuando desarrollamos el pensamiento crítico. ¿En qué consiste? A continuación te lo contamos.
El pensamiento crítico es valorar los datos y la información recopilada sobre el entorno que nos rodea para tener así, una comprensión más profunda. Llegada una situación, analizamos la información que tenemos y partiendo de ahí, tomamos una decisión basándonos en lo que nos parece más correcto o más oportuno en ese momento. Pero los más jóvenes no tienen esta habilidad, o debido a su edad, no se cuestionan ni plantean ese tipo de preguntas.
La inocencia es uno de los principales rasgos de la infancia. Tus hijos e hijas no se paran a pensar sobre todo lo que ocurre en su entorno, ya que no disponen de toda la información para poder tomar una decisión.
Existen múltiples beneficios de fomentar el pensamiento crítico desde la infancia, como por ejemplo:
● Permite tener en cuenta las diferentes variables que afectan a un problema pudiendo buscar la solución más apropiada barajando todas las opciones.
● Aprenderían a tomar decisiones de una manera más racional y no solo de forma intuitiva.
● Aumenta el grado de autonomía de la niña o el niño incrementando también su autoestima.
● Se ven capaces de analizar y actuar correctamente, en muchas ocasiones, sin ayuda de una persona adulta.
● Les permite diferenciar la información y clasificarla.
La mejor manera de fomentar el pensamiento crítico es a través del ejemplo.