Como ya os hemos comentado en nuestra entradas anteriores, la teoría del apego se utiliza para explicar las diferencias individuales respecto a cómo la gente piensa, se siente y se comporta en las relaciones interpersonales. Lo normal es crear desde el principio un tipo de apego seguro para crear, a su vez, un vínculo seguro entre los padres y sus hijos.
Gracias a diferentes investigaciones llevadas a cabo en los últimos años, nos queda claro que la actitud que tienen los padres hacia sus hijos es determinante a la hora de que el pequeño de desarrolle con normalidad y de forma correcta.
Podemos decir bien alto que los padres y progenitores han de ser cuidadosos a la hora de tratar a sus hijos o a los menores a su cargo, teniendo una gran paciencia para que estos puedan crecer sanos y con una personalidad fuerte que les ayude a hacer frente a las diferentes situaciones que les plateará la vida en un futuro no muy lejano. Además, ayudaremos a que los niños se conviertan en adultos responsables que sepan salir de diferentes situaciones sin la ayuda de sus padres o de personas ajenas.
Por ello, podemos resumir algunos puntos a tener en cuenta por los padres si desean crear un vínculo seguro con sus hijos:
- Entender las señales de los niños y su forma de comunicarse.
- Crear una base de seguridad y confianza.
- Responder a sus necesidades.
- Abrazarlo, acariciarlo, mostrarle cariño y jugar con él.
- Cuidar su propio bienestar emocional y físico puesto que repercutirá en el comportamiento hacia su hijo.
Después de estas entradas, esperamos haber abordado algunos de los problemas que se plantean ante los tipos de apego y haber dado a los padres las herramientas básicas para crear un vínculo seguro con sus hijos.