Los niños forman las primeras palabras entre los 18 y 24 meses y entre los 2 y 4 años comienzan a manejar cada vez más vocabulario. Si en algún momento nos damos cuenta de que nuestros hijos no hablan, lo hacen poco o no conseguimos entenderlos, teniendo en cuenta que son las primeras palabras, debemos acudir a un logopeda.
Es importante detectar el problema cuanto antes para empezar a tratar y solucionar cualquier alteración en el lenguaje oral. En muchas ocasiones, las dificultades en el lenguaje oral es uno de los factores determinantes del fracaso escolar. Un estudio realizado por investigadores del Grupo de Investigación en Cognición y Lenguaje ha concluido que el 75% de los niños que tienen trastorno del lenguaje, presentan un bajo rendimiento académico.
Acudir cuanto antes a un logopeda colegiado es la mejor manera de remediar esta situación. El logopeda será el encargado de indicarnos si hay o no un problema, y en caso de que, si exista, nos dará las pautas para saber cómo tenemos que hablar en casa con nuestro hijo o hija para ayudarle.
Un especialista puede detectar en nuestros hijos desde trastornos como la dislexia o TEL (Trastorno Específico del Lenguaje) que consiste en una anomalía o retraso en el desarrollo del lenguaje.